Después de leer los libros autobiográficos sobre depresión ESA VISIBLE OSCURIDAD de William Styron (1990 Ed La Otra Orilla) y LOS DEMONIOS DE LA DEPRESION de Anamari Gomis (2008 Ortega y Ortiz Editores) queda uno impactado por la dimensión personal-familiar y social que alcanza este padecimiento. “Memorias de la Locura” es el subtitulo que Styron pone en su libro, pues el mismo considera que sus pensamientos en ocasiones alcanzaban tonos irracionales e ilógicos. Anamari reconoce el carácter recurrente, de comportamiento impredecible, de la depresión, igual llega, igual se va, y acepta la importancia trascendental para mejorar la calidad de vida que tiene el tratamiento psiquiátrico y psicológico.
“Dolores indescriptibles” señala Styron, pues siempre encontraba dificultad para expresar/describir el dolor que aquejó durante años este gran escritor durante sus etapas de depresión, esta falta de representación con palabras del sufrimiento del enfermo depresivo lo lleva a llenarse de un sentimiento profundo de incomprensión, no por falta de simpatía o empatia con los demás, sino por una “incapacidad básica de la gente sana para imaginar una forma de tormento tan ajeno a la experiencia cotidiana” describe Styron.
El panorama es desalentador. La depresión ataca a más de 350 millones de habitantes del planeta, y llegará a ser la principal causa de incapacidad laboral para el año 2020. Padecerla implica un riesgo alto de suicidio y este alcanza ya a menores de edad, actualmente algunas estadísticas señalan que 1 de 4 suicidios es en menores de edad y 1 de 3 suicidios en menores de 25 años. Basta leer las noticias en Puerto Vallarta y en el mes de Mayo ya se han consumado 3 suicidios y reportado varios intentos de hacerlo.
¿Por qué la depresión?
Si bien es un padecimiento MULTIDIMENSIONAL, con factores genéticos, sociales, ambientales y biológicos, desde el punto de vista de la Medicina de la Evolución, disciplina reciente en el campo de la salud, que se apoya con información científica de la paleontología, la antropología, la biología evolutiva, la neurobiología, la neurofísica, entre otras disciplinas científicas, la depresión surge por un cambio de diseño (particularmente post-neolítico) de la alimentación in útero y en la infancia, lo cual lleva a la modificación de la grasa de las paredes de las células del cerebro, sustituyendo los acidos eicosapentaenoato y docosahexaenoato (omega 3) esenciales para nuestro funcionamiento y la trasmisión de aminas (principalmente dopamina y serotonina) y que fueron trascendentales en nuestra maravillosa evolución primate, por ACIDO ARAQUIDONICO (omega 6) la grasa de origen animal por excelencia (QUE VIENE EN QUESO, YOGURTH, LECHE DE VACA, MANTECA, CHICHARRONES, ETC) , participante en todos los procesos inflamatorios del ser humano, desde alergias hasta tumores.
Los trabajos recientes de Rao, Lee, y Rapoport, de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda en E.U. y de Bazinet, del Departamento de ciencias nutricionales de la Universidad de Toronto, en Canada, coinciden en un punto: EL MECANISMO DE ACCION DE LA MAYORIA DE LOS ESTABILIZADORES DEL ANIMO ES SIMPLEMENTE FRENAR LOS EFECTOS DEL ACIDO ARAQUIDONICO EN EL CEREBRO (molecular psychiatry 2008;13:585-596) . Así de simple puede ser, en otras palabras: EL SER HUMANO METE DURANTE LA INFANCIA EN SU CEREBRO GRASAS ANIMALES QUE DESPUES LE ALTERARAN LA CONDUCTA Y REQUERIRA DE MEDICAMENTOS PSIQUIATRICOS PARA CONTROLARSE, que actuaran en lo que ÉL mismo y sus PADRES le metieron en la alimentación: LECHE DE VACA, QUESO, YOGURT, ALIMENTOS FRITOS, EMBUTIDOS, ACEITES PARA FREIR, CARNES ROJAS GRASOSAS, ETC.
Uno de los puntos mas preocupantes del estudio de Rapoport y colaboradores es que desafortunadamente el ACIDO ARAQUIDONICO se RECICLA dentro del cerebro, es decir, que no se va eliminando con el tiempo, sino, YA UNA VEZ CONSTITUIDO EL CEREBRO EN LA INFANCIA, las grasas que lo conformaron tienen un MINIMO cambio en la VIDA ADULTA, lo cual hace prácticamente IMPOSIBLE la curación real de los padecimientos psiquiátricos, y como dice Anamari Gomiz en su libro, los síntomas regresan acompañados de demonios de dolores indescriptibles, fobias, hipocondrías, pánicos, insomnios, apatías, autoabandono,etc, una indisposición física-mental y emocional recurrente. Es siempre TEMERARIO por parte del paciente, arriesgarse a suspender la medicación psiquiátrica sin supervisión del médico tratante.
En este fenómeno (NEGOCIO MULTIMILLONARIO) de la depresión, participa La FORMULA INFANTIL que reciben los bebes, uno de los productos más mercantilistas e inescrupulosos que se utilizan en el mundo, producto de la asociación comercial de compañías lácteas y la industria farmacéutica, que deja desnutrido (más chico) y disfuncional el cerebro de los niños, hasta un 4% de menor tamaño cerebral comparado con los niños alimentados con leche materna de calidad (esta diferencia es más notoria si la madre tomó vitaminas y omega 3 también en la lactancia, no nada mas en el embarazo, esto dará plenitud y optimización del cerebro de su bebe), a la larga, tarde o temprano, los niños alimentados artificialmente con leche de vaca en polvo “maternizada” tendrán trastornos neuro-psiquiátricos, desde el déficit de atención hasta el alcoholismo y la drogadicción, pasando por la depresión y bipolaridad. Es por esto que el deterioro psiquiátrico-conductual de la humanidad empeoró hace décadas de los estratos sociales “pudientes” primero, (víctimas de la mercadotecnia y su pretensión) hasta extenderse a las clases populares (víctimas después de la irreflexiva imitación) . Los “ricos” abandonaron primero la lactancia materna que los “pobres” y presentaron una o dos generaciones antes los problemas de depresión, suicidios, drogas y alcoholismo, pero desafortunadamente terminaron extendiéndose a todos niveles sociales.
Así como la humanidad tardó en entender que el planeta no es el centro del universo, y que la tierra era redonda, y así como la mitad de la humanidad no cree en nuestros días en la idea evolucionista-darwiniana de nuestra existencia, así de difícil de creer hoy en día es que:
a) Nuestro cerebro no es más que una masa hecha principalmente de aceite de pescado omega 3 (DHA) evolucionada en forma milenaria a través de eras glaciales y una misteriosa etapa semiacuática.
b) El ser humano no gobierna sus pensamientos, es solo 20% estado de conciencia e intención y 80% inconciente/subconciente lleno de traumas-recuerdos-rabia-impotencia-pretensión-miedos-sentimientos-condicionantes-etc.
c) La tonalidad del pensamiento –negativo o positivo- es influenciado por la alimentación: sólidos de leche (queso, yogurt, etc) y grasas animales producirán pensamientos negativistas depresivos – irritables – impulsivos, mientras que folatos (vegetales verdes) y productos del mar (omega 3) producirán pensamientos positivos, optimistas, mas ecuánimes.
Y reitero: mientras los obstetras, pediatras, neuropediatras y psiquiatras no vuelvan sobre sus bases bioquímicas y revisen nuevamente la cadena inflamatoria de eicosanoides-prostaglandinas/leucotrienos/ y como funciona a nivel cerebral la dinámica de fosfolipasas/triacilgliceridos de membrana neuronal y su estructura básica evolutiva equilibrada entre omega 3 (DHA-EPA) (neuroprotectinas) y omega 6 (ac araquidonico) para la funcionalidad de los neurotrasmisores, no van a superar sus conceptos prejuiciosos, negligentes y displicentes para prescribir el OMEGA 3 desde el momento de la concepción, el embarazo, la infancia y toda la vida del ser humano, para que alcance su equilibrio bioquímico y pueda lograr todo su potencial de vida físico y mental.
LA DEPRESION (IGUAL QUE EL DEFICIT DE ATENCION y LAS DEMAS ENFERMEDADES PSIQUIATRICAS) no es más que la susceptibilidad genética a la MALNUTRICION CEREBRAL EN LA INFANCIA, una mezcla de humanos con genes sensibles más una alimentación inflamatoria que hacen expresar las peores enfermedades posibles.
Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias-para decidir su propio camino.
(Victor Frank, el hombre en busca de sentido).
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