lunes, 14 de junio de 2010

¿Vale la pena morir por la comida?

¿Vale la pena morir por la comida?

Platicando en las noches con mis enfermos terminales en el seguro social y en mi práctica privada, seres humanos que son padres, esposos, hijos o hermanos, que están enfrentando dolor, angustia, muerte inminente (no hay mayor dolor que ver morir a un hijo o a una hija) por enfermedades de origen en la alimentación como la Diabetes Mellitus 2, los infartos del cerebro y enfermedades cardiovasculares, accidentes severos en jóvenes por la impulsividad irracional que los caracteriza hoy en día y sobre todo por cáncer, a edades muy tempranas, me preguntaba y les preguntaba:

¿Vale la pena enfermar y morir por la comida?

La DIABETES MELLITUS 2 surge después de que el hombre termina su etapa nómada, con el descubrimiento del fuego y el desarrollo de la agricultura, hace unos 8000 años; el hombre al poner agua a hervir y depositar en ella granos como arroz, maíz, frijol, trigo (y también tubérculos como la papa) comienza a ingerir almidones altamente calóricos que en un momento evolutivo se requirió y justificó por la cantidad de ejercicio que hacíamos, pero que hoy en día, con nuestro sedentarismo, esas harinas refinadas y preparadas de mil formas hipercalóricas, tiene a los humanos enfrentando una crisis de obesidad y diabetes de proporciones inimaginables que van a hacer quebrar a los sistemas de salud, especialmente el de México (adoradores del Maíz y del Refresco) próximo primer país mundial en obesidad y diabetes. Es sabido además la mayor presencia de cáncer entre obesos y diabéticos, así como el deterioro neurológico tipo Alzheimer que acompaña la enfermedad. En el 2009 se cumplen 150 años del libro “El Origen de las Especies” de Charles Darwin y es increíble en nuestros días que más de la mitad de los seres humanos sigan creyendo fielmente en la ideas “creacionista”; los seres humanos debemos de entender y aceptar que somos primates evolucionados y nuestro cuerpo requiere FRUTAS, VERDURAS, SEMILLAS, PESCADO Y MOLUSCOS, CARNE MAGRA NO GRASOSA (poca cantidad) y el procesamiento de cereales le significa trastornos metabólicos severos. ¿Vale la pena que el diabético vaya perdiendo los ojos, los riñones, las piernas, sufra ahogos, edemas, impotencia y rabia por el terrible antojo de tortillas, panes, cereal con leche, harinas, pastas y refrescos?

El primer caso de CANCER documentado apareció hace 2000 años en Egipto y tiene una circunstancialidad histórica con el inicio de la Ganadería en el Asia Menor y uso de la LECHE Y SUS DERIVADOS. “Circunstancialidad” aun, ya falta menos para que se concluya lo de “causa-efecto”, ya se ha demostrado la relación entre lácteos y cáncer de seno y ovario y entre queso y cáncer de colon. No aparecen huellas de cáncer en los huesos de los primates que nos precedieron, y el ser humano nunca necesito de leche de otra especie para volverse la maravillosa maquina HOMO SAPIENS que surgió en millones de años de evolución. Es sino hasta que se formaliza en las sociedades post-neolíticas los lácteos, que comienzan a registrarse neoplasias (canceres), así como las enfermedades infecciosas por leche y queso que seguimos tratando de controlar después miles de años de batallar, como la TUBERCULOSIS, LISTERIA, BRUCELOSIS, MICOBACTERIUM AVIUM; hoy en día sigue la incógnita del papel que juega en la salud HUMANA el controversial VIRUS DE LA LEUCEMIA DE LAS VACAS, que al exponerse los humanos a través de la ganadería y la ingesta de lácteos, hay investigadores que lo han encontrado asociado a Leucemias, Mieloma (un tipo de cáncer de hueso) , y Cáncer de Mama… hoy en día, hemos entregado a la LACTEO-ADORACION y a la LACTEO-DEPENDIENCIA (La morfina de los lácteos es altamente adictiva) a nuestros hijos y nuestros cuerpos, ocasionándonos numerosos problemas de salud como alergias, asma, infecciones, tumores, cefaleas, daño neurológico a nuestros hijos y conducta humana impulsiva, agresiva e irracional…¿Vale la pena? las vacas nos han permitido crecer de 3 a 5 centímetros más por generación, pero reduciéndonos en un 3-4% el tamaño del cerebro, como lo tienen los niños con déficit de atención hiperactivos… (Otro ejemplo: los “springbreakers”, cada año los vemos más grandotes pero más impulsivos e irracionales al sexo, drogas, alcohol, etc)

Hay evidencia estadística que desde hace casi 20 años, el coeficiente intelectual promedio de la humanidad está declinando, (hay excepción en sociedades como la hindú, que van para arriba, por eso están conquistando el mundo de la informática) y la conducta en niños y jóvenes esta impulsiva e irracional, viéndolos morir en accidentes automovilísticos, deporte extremo, suicidios, etc. Desde el punto de vista de la medicina evolutiva y de la neurobiología, esto tiene su origen en las deficiencias nutricionales cerebrales de la lactancia y primeros años de vida. Hay que recordar que el ser humano nace con el 25% del cerebro que va a tener de adulto y durante los primeros 3-4 años va a absorber la grasa que reciba en la comida, sean papas fritas, grasa trans-hidrogenadas, queso, manteca o lo que el pobre niño coma, para poder cuadruplicar su tamaño. El ser humano evolucionó a Homo Sapiens gracias al contacto con aceite OMEGA 3/DHA de los peces y mariscos que comió durante su etapa evolutiva de Mono Acuático y eras glaciales, y la leche materna está programada para brindar esta grasa omega 3 aun a costa de la salud neurológica y mental de la madre, (si una madre esta depresiva, hipertensa o ansiosa, traduce deficiencia de omega 3 en su cuerpo), hoy en día tanto los tiempos de lactancia como la calidad de la leche materna son deficientes, y los obstetras y pediatras en lugar de luchar por suplementar a la madre para mejorar esto y motivarla a dar lactancia por tiempos largos, la invitan a utilizar formulas infantiles lácteas. La formula infantil es leche de vaca deshidratada y experimentalmente modificada/adicionada para tratar lo más posible de maternizarla, cosa que hoy en día aun le falta mucho para igualar a la leche materna en grasas humanas, hormonas y factores de crecimiento HUMANOS Y NO BOVINOS, cada año les agregan o les quitan cosas a las latas según se va investigando, el ultimo gran avance fue ponerle un poquito-insignificante- y con miedo de omega 3 DHA. Esta fórmula si le permite al cuerpo crecer pero no le permite al cerebro desarrollarse, generando la enorme cantidad de niños con deficiencias de conducta, adicciones y trastornos neurológicos (agresiones, autoagresiones, hiperactividad, déficit de atención, cefalea, disfunciones cerebrales, autismo, síndrome de Aspergen, etc) que invaden la consulta de neurólogos, neuropediatras, psicólogos y psiquiatras y están enloqueciendo los salones de clases, ya que las nuevas directrices de la SEP es que desaparezcan las escuelas especiales y los niños subdesarrollados del cerebro se integren con los demás, ocasionando que el avance programático escolar se enlentezca y no se complete, ya que estos niños absorben para su control y atención la mayor parte del tiempo de las maestras, en detrimento de la educación de los demás niños. (El gran avance intelectual y económico de la india se debe a su sistema escolar vertical -ni modo, selectivo y excluyente- y el gran atraso escolar en México se debe a su sistema escolar “horizontal”, plano, lento, pero bueno, incluyente).

¿Vale la pena morir o enfermar por la comida? ¿Por qué es tan difícil controlar la adicción a carbohidratos? ¿Por qué los diabéticos y obesos no pueden sostener una dieta? Hay 2 explicaciones neurobiológicas: La primera señala que los carbohidratos-harinas- cereales y pastas- por la acción de la insulina, disminuyen los niveles de aminoácidos que compiten con el triptófano, y le permiten a este introducirse al cerebro, dando la falsa y transitoria sensación de alegría por serotonina. Hay una muy clara relación entre adicción a carbohidratos y DEPRESION, la psicopatología de la obesidad siembre tiene componente depresivo. El otro mecanismo es el de la RECOMPENSA-DOPAMINERGICO. La corteza prefrontal en el cerebro al no recibir lactancia materna en calidad y cantidad, por deficiencia de omega 3, queda con afección de la neurotransmisión de la dopamina, sustancia que da placer y control de impulsos, por lo que el ser humano requiere de estímulos externos (tabaco, compras exagerada y ridículas, sexo, alcohol, drogas y comida, mucha comida,) para experimentar placer y alegría, aunque sea muy breve y transitoria, quedando después el sinsabor del arrepentimiento. Es decir, se come mal y de más por disminución del razonamiento, depresión, ansiedad y falta de control de impulsos.

¿Cómo cambiar esto? ¿Qué hacer? Mientras la mayoría de los obstetras y los pediatras no modifiquen sus prejuicios sobre el omega 3, (Ya faltan menos, afortunadamente son más los especialistas que se han puesto a estudiar el omega 3 y sus beneficios y ya lo están prescribiendo) y no mejoren la alimentación y la suplementación del niño y la madre embarazada, mejoren la calidad y la cantidad de la lactancia, limiten el uso de la formula y la leche y sus derivados, no va a ver un cambio epidemiológico sustancial. En sus manos está el futuro de la sociedad a través de los pequeños. Ya el adulto caprichoso en su comida (“mi gusto es”, “de algo me he de morir”, “la comida es mi único vicio” sic) requiere reeducación nutricional y mental, ayuda farmacológica para sus adicciones alimentarias, suplementación omega 3, ejercicio y una visión nueva, reflexiva y autocritica de la conducta alimentaria y sus consecuencias. Así que cada quien pregúntese, ¿Vale la pena morir por el gusto y sabor de la comida que sabemos con sentido común que nos hace daño?¿Vale la pena ver nuestros cuerpos obesos, deformes, enfermos, con baja autoestima, por el gusto por “la tragazón”?¿Vale la pena ver a nuestros hijos morir de cáncer de mama, de ovario, de colon, por el gusto por la leche, queso y demás derivados y la ausencia caprichosa de frutas y verduras en sus comidas?¿Vale la pena ver el futuro intelectual y académico de nuestros hijos lastimado por la falta de leche materna y el gusto y abuso de las formulas infantiles todavía experimentalmente pseudomaternizadas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario